El rey Felipe expresa su "más profundo pesar" por los "actos de violencia" y "sufrimiento" infligidos en el Congo
Publié le 30 Juin 2020
Bélgica se ha apropiado de tierras que no le pertenecían y ha oprimido a los pueblos indígenas allí en nombre de la civilización.
El gobierno belga, en nombre del estado belga y la familia real, como heredero de Leopoldo II, finalmente reconoce los crímenes coloniales.
Después de que el esclavismo arrancase del continente africano a más de cuatro millones de personas llegó el colonialismo. Y la versión más cruel la impuso el rey Leopoldo II en su Congo Belga. Su Congo Belga porque era suyo, de su propiedad. La zona más rica de África fue explotada durante años en su beneficio. El corazón de África rebosaba de marfil, caucho, cobre, uranio... todo tipo de riquezas que engrosaron las arcas del rey. Para eso no dudó en llevarse por delante las vidas que hizo falta. Hasta 10 millones de personas fueron asesinadas, mutiladas o murieron de enfermedades trabajando en condiciones inhumanas.
El "Black Lives Matter" sin duda ha empujado este último movimiento. En las últimas semanas Bélgica y en concreto Bruselas y Amberes han sido dos de las ciudades donde las movilizaciones tras el asesinato de George Floyd han sido más activas. Algunas de las marchas acabaron con incidentes con la policía, que disolvió las manifestaciones cuando la protesta elevó el tono.
En pleno movimiento mundial contra el racismo iniciado tras la muerte de George Floyd en Estados Unidos, que se tradujo en Bélgica en críticas a su pasado colonial, la carta expresa el compromiso real de "combatir todas las formas de racismo".
El rey Felipe I de Bélgica se ha convertido este martes en el primer monarca de este país que lamenta los crímenes cometidos en el Congo durante la colonización belga. En una carta dirigida al presidente congoleño Félix Tshisekedi con ocasión del 60º aniversario de la independencia del Congo, Felipe I expresa su “más profundo pesar” por “los actos de violencia” y “el sufrimiento” infligidos a este país africano durante el reinado de su antepasado, Leopoldo II. Una “crueldad” que “aún pesa en nuestra memoria colectiva” y “cuyo dolor revive ahora con la discriminación que sigue presente en nuestras sociedades”, asegura el rey.
La casa real eligió las palabras arrepentimiento más profundo en lugar de disculpas, ya que esto expresa un sentimiento más personal del rey. Además, el término también tiene una connotación menos legalmente cargada.