Johan Leman, un padre dominicano involucrado en asuntos sociales en el municipio de Molenbeek en Bruselas, ha generado un alboroto de los progresistas flamencos en la capital belga que parecen justificar la discriminación contra las personas LGBT.
Molenbeek ha sido ampliamente criticado, al menos desde los ataques terroristas de París de noviembre de 2015, después de que se reveló que una gran parte de la organización y la planificación se estaban llevando a cabo allí, lo que llevó a la Para ser descrito como la capital del jihadismo de Europa. A diferencia de la parte flamenca de Bélgica, Bruselas no obligó a sus inmigrantes a hablar el idioma del país ni a integrar y facilitar hasta el día de hoy la preservación de las costumbres de los países de origen. Las investigaciones sobre los atentados en París, contra el periódico satírico Charlie Hebdo y un supermercado judío, revelaron que parte del arsenal utilizado en esta serie de ataques se habría adquirido en esta parte de Bruselas.
Según el clérigo cristiano, no parece tener problemas con los homosexuales que no pueden caminar de la mano. Esto equivaldría a aceptar que en Molenbeek habría menos derechos que en otras partes de Bélgica, y por lo tanto negar la naturaleza universal de los derechos humanos. Estas palabras atestiguan una mentalidad extraña: por ciertas razones, lo intolerable se volvería más tolerable en algunos lugares que en otros.